El jinete de doma clásica Juan Matute Guimón estaba desahuciado, pero un cura le "trajo el Santísimo a la UCI"

11 de noviembre de 2020

"Recuerdo con especial emoción el día que el padre Nacho me trajo el Santísimo en la custodia a la UCI. Yo no podía parar de llorar. Sentí en mi corazón: el Señor me ha curado."

Compartir en:



A sus 22 años el jinete español de doma clásica Juan Matute Guimón llevaba varios días con dolor de cabeza, pero no le había dado mucha importancia. Eso, hasta que el martes 5 de mayo pasado “nada más acabar de entrenar -Juan no se acuerda- se quedó un poquito blanco. Estaba muy cerca mío y le dije: «Juan, para, bájate un poquito»; y fue ahí donde, en cuestión de segundos, tuvo el derrame ¿no?”, recuerda su padre Juan Matute Azpitarte.



Emocionado ante el lente del canal deportivo Marca, Matute Azpitarte prosigue relatando:  “Tuvimos la suerte de que había un helicóptero cerca y pudo llegar pronto. El traslado desde que pasó todo y salió en helicóptero fue terrible. Buenos, nos dijeron que el pronóstico era gravísimo, que iban a entrar a operarle el día siguiente. A partir pues ya fueron toda una serie de consecuencias que fueron muy duras, porque al tercer día de la operación nos dijeron que ya no había ninguna posibilidad, que estaba médicamente desahuciado”.

Es en este instante que la fe movió montañas. La de muchas personas que se unieron a los padres en oración y la propia del joven deportista, que se fusionaban en una misma súplica ante Dios. El pasado 2 de noviembre en la Parroquia de Santo Domingo de la Calzada de Madrid el propio Juan Matute, ya recuperado, daba el siguiente testimonio:

Fue muy importante el papel de Don José Ignacio, capellán de la Fundación Jiménez Díaz, que no faltó un día a visitarme para darme la bendición y en tres ocasiones la unción de los enfermos. Recuerdo con especial emoción el día que el padre Nacho me trajo el Santísimo en la custodia hasta la UCI. Yo no podía parar de llorar. Sentí en mi corazón: el Señor me ha curado.

He recuperado los 22 kilos que perdí y el total control de mi cuerpo. He regresado a mi actividad deportiva y he cumplido mi objetivo de participar el pasado mes de octubre en los Campeonatos de España, para poder seguir optando a una plaza en nuestro equipo olímpico para Tokio.

Sin embargo, hay algo más que llena mucho más mi corazón, que el hecho de mi regreso a la competición, y es el sentimiento de agradecimiento que tengo hacia los miles de personas que me han acompañado estos meses con sus oraciones de múltiples países y distintas fes. Familiares, amigos, compañeros, conventos enteros, Misas, ofrendas, personas conocidas y desconocidas, que se han sentido tocadas por mi caso y se han volcado sin descanso a pedir en sus oraciones por el joven jinete del derrame. A todos ellos les quiero dedicar mi mayor triunfo y mejor medalla que es este testimonio de la misericordia de Dios, de vida y de esperanza
”.



 

Compartir en:

Portaluz te recomienda