"Chet" era un adicto, antisistema y ateo. Pero "Dios se me reveló" cuenta este joven hijo del actor Tom Hanks

05 de marzo de 2021

"Sentí como si me tocara la mano de Dios. Fue en ese momento que Dios se me reveló. Toda esa ira, y ese odio, y ese resentimiento, desaparecieron".

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Muchos hijos de celebridades del cine o la televisión suelen perder demasiados años de sus vidas atrapados por diversas adicciones. Es lo que vivía Chester (Chet) Hanks, uno de los dos hijos del matrimonio formado por los actores Tom Hanks y Rita Wilson.

A los 17 años Chet se declaraba ateo, tenía problemas diversos por su adicción a drogas y alcohol; era un antisistema enfadado con todo el mundo. Sus padres le exigieron que se fuese a un campamento de 12 semanas en una zona remota de Utah. Quizás algo podría cambiar en su hijo.
 
Chet cuenta ahora, en el podcast “IMPAULSIVE Clips”, cuyas citas ha traducido el portal Religión en Libertad, lo que sucedió hacia el final de ese campamento remoto. Una experiencia mística, narrada en el minuto 4 del siguiente video, que transformó todo su ser.




"Salí y me senté en el borde de un risco, y me quedé mirando las vistas. Miré por dónde había estado, desde esa perspectiva elevada, porque había estado atrapado en ese desierto 12 semanas y me parecía feo y aburrido, sin nada para ver. Pero ahora lo miraba desde una perspectiva elevada, en lo alto de una montaña".
 
Miró a su alrededor, dice Chet, en 360 grados, hasta el límite de la vista, y no veía rastro de seres humanos en muchas millas. Sintió que era desbordado por esa belleza abrumadora.
 
"Y miraba alrededor y la emoción me abrumaba tanto... Sentí como si me tocara la mano de Dios. Fue en ese momento que Dios se me reveló. Toda esa ira, y ese odio, y ese resentimiento, desaparecieron. Se dieron la vuelta, se convirtieron en, simplemente, esperanza infinita, gratitud, paz, amor. Cambió de golpe, así", explica Chet.

"Estaba tan abrumado por la emoción, que simplemente me senté ahí al borde del precipicio y sollocé. Sollocé durante una hora, de forma incontrolable. No paraba. Pero eran lágrimas de alegría. Lágrimas de todo, sintiendo todas las emociones a la vez, todo el dolor, todo el gozo", añade.
 
Nacer a la vida espiritual
 
Chet sufrió adicciones a las drogas y al alcohol de los 16 a los 24 años. Sabe lo que es experimentar un "subidón" con drogas psicodélicas. Pero cuando el entrevistador le pregunta si la experiencia se parecía algo a las drogas, responde que no se parecía en nada. "Ninguna experiencia que haya tenido con (drogas) psicodélicas se acerca en nada a eso", afirma.
 
"Fue en ese momento que nació mi vida espiritual, cuando estaba así, abrumado. Supe que, 'vale, hay Algo Más ahí fuera, hay un Poder Superior, hay una Inteligencia superior, porque acabo de sentir como si me diera golpecitos en el hombro".
 
Le costó reordenar su vida y dejar la adicción a las drogas y el alcohol, pero consiguió la sobriedad a los 24 años, y asegura que Dios le ayudó en este proceso. Luego de ello, lo proclamó desde su cuenta en Instagram: "Si alguien que ve esto tiene problemas de adicciones, ¡siéntete libre de buscar ayuda! Gracias a todos por vuestro amor y apoyo. ¡Dios es real!"
 

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