Alertan contra el "ayuno Buchinger": Otro método de la New Age que pone en riesgo la salud

19 de marzo de 2021

Un método que presume de espiritualidad, empleado por muchos famosos, pero que en realidad propone una autosanación con graves peligros para la vida… y el alma.

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El ayuno -una de las prácticas espirituales propias del tiempo de Cuaresma para los católicos, como acto de penitencia que expresa el anhelo de conversión a Cristo-, es algo que también proponen otras tradiciones religiosas y espirituales de la humanidad. Así, privarse de alimento y bebida hace parte del ascetismo que viven millones de creyentes en todo el mundo; desde la rigurosa abstinencia diaria del Ramadán de los musulmanes, hasta el día de la Expiación de los judíos, pasando por otros casos de ayuno iniciático o de duelo.
 
Ayunos no religiosos que se autoproclaman “terapéuticos”
 
En nuestro mundo contemporáneo se han difundido otras propuestas de ayuno que afirman tener un carácter más terapéutico y que aseguraría la salud corporal.

Una de esas propuestas que han cobrado más popularidad en las últimas décadas es la que tiene por inventor al médico alemán Otto Buchinger (1878–1966). Tras su fallecimiento, se continúa promoviendo aquél método de “ayunoterapia” desde clínicas –muy costosas– , situadas en Überlingen (Alemania) y Marbella (España/ imagen abajo). Centros actualmente dirigidos por bisnietos de Buchinger y que se han hecho célebres porque allí asisten celebridades de la farándula como la actriz española Carmen Sevilla o el escritor peruano Mario Vargas Llosa.
 
¿Dieta para el cuerpo... y el espíritu?
 


Para saber de qué se trata, nos hemos querido adentrar en esta técnica de la mano de una de sus mayores defensoras: Françoise Wilhelmi de Toledo, esposa de uno de los nietos de Otto Buchinger y responsable, durante años, de la clínica alemana. En 2003, la editorial barcelonesa Herder tradujo al español su obra El ayuno terapéutico Buchinger. Una experiencia para el cuerpo y el espíritu. El mismo subtítulo nos da una idea de que va más allá de las simples indicaciones dietéticas. Algo que coincide con la publicidad en las páginas web de las clínicas Buchinger, las cuales aseguran ser “lugares de curación y de crecimiento personal”. ¿A qué se refieren? Veámoslo.
 
“Ayunar es un arte”, afirma la autora, calificando como “vuelo inicial” su primera experiencia de ayuno a los 18 años. En su reflexión parte de la naturaleza y de los animales para explicar el sentido del ayuno y desde el principio subraya el aspecto espiritual que tendría según el método Buchinger, que “incluye las otras dos dimensiones tradicionales del ayuno: la espiritual y la comunitaria”. Porque, añade, “cuando un ser humano ayuna, hace bien a su cuerpo; cuando una comunidad ayuna, se une y, en ambos casos, se simplifica el acceso a las experiencias espirituales”.
 
Por eso encontramos a Wilhelmi afirmando “la virtud curativa del ayuno para el alma, el cuerpo y el espíritu”, lo que justifica que esta práctica se complementaría con ser un “alimento para el alma”. Una adaptación interesante, propia de nuestro mundo actual y su revalorización de la corporalidad, es la que explica con detalle la autora: “en la tradición religiosa del ayuno, a menudo se descuidaba el cuerpo o, incluso, se castigaba. El mérito de médicos como el Dr. Otto Buchinger y sus discípulos ha sido desarrollar la asistencia y el cuidado médicos del cuerpo durante el ayuno en el sentido de un ‘ascetismo favorable a la salud’ y utilizarlo para la curación de enfermedades”, teoriza.
 
Espiritualidad, autorrealización, felicidad
 
Su propósito de ser “una metodología propia del ayuno integral” incluye -afirma- ayudar al ser humano a encontrar el sentido de su vida, por lo que vemos que no se trata de una simple abstinencia de alimentos sólidos. La web de sus clínicas repite conceptos como “inspiración espiritual”, “armonía interior”, “regeneración del cuerpo y del espíritu”, etc. De forma que a quienes acuden a estos centros “su estancia no solo les proporciona nueva vitalidad, sino también nuevas perspectivas”, aseguran.
 
Françoise Wilhelmi de Toledo habla en su libro de la “serenidad especial” que se consigue con el tratamiento, y afirma que, gracias a él, “se manifiesta un estado de ánimo armónico que se eleva hasta los sentimientos de felicidad”. Para ello, como vimos más arriba, Buchinger recomendaba acompañar el ayuno con nueve “alimentos del alma”, que serían: trabajo enriquecedor, lectura, buenos acompañantes invisibles, contacto medicinal con la naturaleza, música, contemplación de pintura, buen humor, servicio humanitario y meditación/reflexión/adoración. Es la “dietética del alma”, imprescindible para que el ayuno funcione según esta gurú.
 
Por eso el aspecto comunitario es fundamental (y vivido en sus clínicas, por supuesto): “el ayuno terapéutico Buchinger no pone énfasis primariamente en la administración de complementos proteicos, sino en la asistencia integral en un grupo”. Y sus efectos psíquicos, de esta forma, serían altamente positivos: armonía interna, serenidad, adquisición de un sentido más profundo, liberación del miedo... Por el contrario, subraya, “con el ayuno obligatorio eclesiástico, algunas veces también las religiones han iniciado algo así como pasar hambre en vez de explorar la visión liberadora del ayuno terapéutico”. Una afirmación muy en la línea de la Nueva Era: espiritualidad sí, pero fuera de las confesiones religiosas tradicionales.
 
También cabe destacar la propuesta de una “regresión terapéutica”. ¿Adónde? A la infancia, ya que quienes ayunan -afirma- pueden “sufrir una debilidad transitoria y se sentirán más propensos a dejarse mimar y acariciar. Esta regresión permitida hacia la infancia desata emociones y libera las lágrimas. Ofrece la oportunidad de percibir cuántas necesidades insatisfechas tenemos”. De manera que se daría un renacimiento personal, pues el ayuno constituye “un retorno simbólico al vientre materno” (algo sospechosamente parecido al rebirthing, una peligrosa pseudoterapia). De forma que “un mensaje simbólico del ayuno es el renacer continuo por voluntad propia, darse [a] luz a sí mismo continuamente”.
 
Por otra parte, Wilhelmi detalla que en el “menú para el alma” se encuentran “los mensajes provenientes de los sueños”, en tanto que sirven para “entablar un diálogo con el subconsciente”.
 
La dimensión curativa: ¡cuidado!


 
Lo hemos visto antes: la autora del libro que hemos revisado se refiere a la efectividad del ayuno “para la curación de enfermedades”. ¿A qué se refiere? Por supuesto que esta práctica podría tener algunos efectos saludables, siempre que se haga con supervisión médica. Pero lo que encontramos aquí es otra cosa, expresada con un lenguaje ambiguo que mezcla lo físico con lo emocional: “al ayunar se tiene la oportunidad de hacer un balance y favorecer un nuevo equilibrio en el ámbito de las emociones: se ayudará a la persona con sobrepeso a sustituir el disfrute del comer, al que se recurre con frecuencia como compensación de estados de ánimo negativos, por una ‘nutrición del alma’”, afirma Françoise Wilhelmi.
 
Además, en su libro habla específicamente del ayuno como prevención y como terapia, y hasta ofrece un listado de aplicaciones respectivas. Por otro lado, alude a lo que puede suponer el ayuno para “la experiencia de las fuerzas de curación espontánea del propio cuerpo”. Esto, unido a lo que leemos en su página web, con respecto a que en su tratamiento médico “se incluyen procedimientos alternativos y de la medicina naturista provenientes del ámbito cultural occidental y oriental” ... ofrece muchas dudas en torno a su consideración de la salud y la enfermedad, en una clave muy cercana a diversas pseudoterapias New Age.
 
Entre esos procedimientos caben destacar los enemas y la hidroterapia de colon, prácticas muy criticadas por la comunidad médica debido a los riesgos que pueden traer consigo para los pacientes que se someten a ellas sin necesidad o prescripción facultativa. Además de la fitoterapia, los masajes, la higiene intestinal o la terapia respiratoria, técnicas que pueden utilizarse con muy diversos fines y motivaciones, y expectativas ofrecidas a las personas. El riesgo está ahí.
 
Y un ejemplo nos lo ofrece la misma Françoise Wilhelmi de Toledo cuando comenta en su libro la denominada “nutrición con la luz” de la gurú australiana Jasmuheen, y que ha provocado la muerte de algunas personas por inanición. Desde la perspectiva del “ayuno Buchinger”, está claro que “resulta especialmente peligrosa la renuncia a beber líquidos. Las personas pueden demacrarse y poner en peligro su vida”. Hasta aquí, una crítica a la “dieta” –si es que puede llamarse así– que se limita a la respiración y la luz solar. Sin embargo, nuestra autora continúa escribiendo: “en cambio, es interesante el entusiasmo que el término ‘fotoalimentación’ conlleva y el mensaje por lo demás positivo de Jasmuheen”.
 
Como en el caso de la dieta macrobiótica, nos encontramos con una propuesta que va más allá de lo biológico y lo nutricional, buscando ofrecer a las personas un nuevo sentido vital de carácter espiritual difuso, en la línea de la Nueva Era. Y, de la misma forma, trae consigo unos riesgos importantes para la salud integral, esa en la que tanto insisten ellos mismos –física, psicológica y espiritual–. Por eso es necesario conocer bien estas propuestas y saber contextualizarlas y valorarlas, superando lo que puedan deslumbrar por sus bellas palabras, promesas fascinantes, famosos como escaparate y precios de élite.

 

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