JMJ Río 2013. Primer mensaje

Francisco habla directo al corazón de los jóvenes (Foto reportaje)

22 de julio de 2013

Franco y colmado de signos que señalan su coherente identificación con Cristo, el Papa Francisco continúa desde Brasil su misión...

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Río de Janeiro. 22.07.2013./ Arribó a Brasil y durante el trayecto desde el aeropuerto hacia el centro de Río de Janeiro el pequeño vehículo en que se transportaba fue literalmente atrapado por multitudes de personas. 
















Pero Francisco, el Papa que tiene a San Miguel Arcángel como jefe de su guardia de seguridad, no dejó de sonreír y bendecir a los apasionados que se lanzaban sobre el vehículo.




















A los pocos minutos, ya superado el incidente y a bordo del Papa Móvil se dió tiempo para mostrar su paternal afecto a todos los bebés que le alcanzaban en su primer encuentro con los jóvenes congregados por la JMJ Río 2013.



















Poco más de veinte minutos tomó su recorrido. Luego abordaría un helicóptero que lo llevó hasta la Gobernación de la ciudad (Palacio de Guanabara) desde donde comunicó su primer mensaje de la JMJ Río 2013. Portaluz.org comparte extractos de esta alocución (más en sección videos)
 

“No tengo oro ni plata, pero traigo conmigo lo más valioso que se me ha dado: Jesucristo. Vengo en su nombre para alimentar la llama de amor fraterno que arde en todo corazón; y deseo que llegue a todos y a cada uno mi saludo: «La paz de Cristo esté con ustedes».”

Cristo tiene confianza en los jóvenes y les confía el futuro de su propia misión: « Vayan y hagan discípulos»; vayan más allá de las fronteras de lo humanamente posible, y creen un mundo de hermanos y hermanas. Pero también los jóvenes tienen confianza en Cristo: no tienen miedo de arriesgar con él la única vida que tienen, porque saben que no serán defraudados.”

“La juventud es la ventana por la que entra el futuro en el mundo y, por tanto, nos impone grandes retos. Nuestra generación se mostrará a la altura de la promesa que hay en cada joven cuando sepa ofrecerle espacio; eso significa tutelar las condiciones materiales y espirituales para su pleno desarrollo; darle una base sólida sobre la que pueda construir su vida; garantizarle seguridad y educación para que llegue a ser lo que puede ser; transmitirle valores duraderos por los que valga la pena vivir; asegurarle un horizonte trascendente que responda a su sed de auténtica felicidad, suscitando en él la creatividad del bien; entregarle en herencia un mundo que corresponda a la medida de la vida humana; despertar en él las mejores potencialidades para que sea protagonista de su propio porvenir, y corresponsable del destino de todos. Con estas actitudes, precedemos hoy al futuro que entra por la ventana de los jóvenes.”

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