Perfil de una terapia que suma adeptos

"La homosexualidad no es una enfermedad". Elena Lorenzo y su terapia de cambio

20 de junio de 2014

Nada en los argumentos de esta profesional, sobre la terapia que propone, está teñido por sesgos morales ni religiosos, según algunos detractores señalan. Defiende el derecho que sus propios "clientes" -homosexuales y lesbianas- le exigen: buscar caminos para restaurar el bienestar en sus vidas. Así lo afirma en entrevista exclusiva a periódico Portaluz.

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A Elena Lorenzo Rego, coach y terapeuta española que comienza a ser un referente respetado por sus pares profesionales en Iberoamérica y España, la hemos conocido por sus ‘quemantes’ columnas sobre homosexualidad publicadas durante este año en Portaluz.
 
En una entrevista donde ponemos bajo la lupa su “terapia de cambio” para homosexuales y lesbianas, da razones sobre ella y abre puertas que derriban el mito respecto al supuesto sesgo moral o religioso de una terapia que afirma es posible para algunas personas, transitar desde la Atracción hacia personas del Mismo Sexo (AMS), a un ‘despertar’ de la atracción heterosexual.
 
Advierte que “nada ni nadie la podrá callar” y con la misma convicción que argumenta la defensa de su “terapia de cambio” señala que “la homosexualidad y el lesbianismo no son una enfermedad”.
 
 
Cuando usted se refiere a quien siente Atracción por personas del Mismo Sexo (la AMS), ¿Es lo mismo que decir homosexual o lesbiana?
 
Debemos matizar. Una persona con AMS es la que siente atracción hacia personas de su mismo sexo. Una persona homosexual siente atracción hacia personas de su mismo sexo y puede o no, ser activo sexualmente. Una persona gay o lesbiana es activa sexualmente y opta por un estilo de vida muy definido. Cuando hablo de AMS señalo sólo la atracción que siente, no si la persona es o no activa.
 
Usted propone una -comillas- “terapia de cambio” que permite a personas determinadas abandonar la AMS para -comillas- “ir hacia la heterosexualidad”. A muchos homosexuales les suena como un imposible... ¿Es así en la práctica?
 
El motivo por el que hablo de “terapia de cambio” y lo escribo entre comillas es porque yo he acuñado este concepto y nadie está familiarizado con él. El más común es terapia reparativa. Aunque este lo utilizo a veces, no me gusta nada, es negativo y la persona que sufre AMS siente un gran rechazo. Las cosas que tienen que repararse, es porque están estropeadas y no es el caso.
Las comillas en “ir hacia la heterosexualidad” las añado a veces porque la persona es ya heterosexual, nacemos todos así. La atracción, la AMS surge a posteriori. La heterosexualidad ya está en cada individuo, solo hay que encontrarla dentro. La terapia de cambio es el medio para descubrirla.
El cambio es posible. No tengo que hacer un acto de fe para señalar esta afirmación, lo veo todos los días. Tenemos testimonios de muchas personas que lo afirman y yo lo veo en mis clientes. Me gusta ser sincera; el cambio ocurre en la mayoría. En algunos les queda algún resquicio, llevan una vida heterosexual y la atracción prácticamente ha desaparecido. Uno de mis clientes me decía recientemente: «Quiero que la gente conozca de primera mano que estoy en mi proceso de cambio y realmente estoy cambiando».
 
¿Tu propuesta ha nacido como una vocación por acompañar al otro en su dolor e intentar llevarlo a una vida más benéfica?
 
Sí. La verdad es que nunca me imaginé ni planeé trabajar en este campo. Hace unos años no se me habría pasado por la mente. Es algo con lo que me he tropezado y ahora lo vivo como misión. Quiero trabajar en este campo, lo veo necesario y sé que muchos están esperando. Soy consciente de tener una facilidad para entender lo que puede sufrir una persona con AMS, sin yo haber experimentado AMS. Es verdad que este trabajo a veces es motivo para mí de mucho sufrimiento, pero a la vez me entusiasma ser testigo de la evolución de cada uno. No tiene precio ver como la persona va sintiéndose liberada de ataduras que no creía poder abandonar jamás. Trabajo con personas de diferentes confesiones, también ateos y aunque no me gusta mezclar la terapia con la religión, si está presente la dimensión espiritual, es una dimensión más del ser humano y yo trabajo en profundidad en la terapia.  
 
La crítica de algunos sectores a estas terapias de cambio como la que usted propone es que está muy teñida por una moral  religiosa.  ¿Qué hay de verdad y qué de mito en esta crítica?
 
La voz de la iglesia (en este tema) ha estado presente. Me parece muy bien que exprese sus certezas. No me toca a mí opinar al respecto. Yo trabajo desde una postura seglar y no religiosa.
 
¿La Atracción al Mismo Sexo es una enfermedad?
 
No, no hay ningún signo patológico en las personas con AMS. La AMS me habla de daño emocional-afectivo en una etapa temprana.
 
¿Y qué es, por qué se da?
 
Me gusta hablar desde la experiencia aunque en los libros también está reflejado. Profesionales de la talla del Dr. Joseph Nicolosi o Richard Cohen con quien me he formado lo reflejan en sus libros. Como he comentado antes, es un daño que provoca en la persona unas consecuencias y entre ellas está la Atracción al mismo sexo. Sus causas son múltiples, el denominador común: persona con una gran sensibilidad. Se pueden ver las posibles causas en los artículos que he escrito sobre ello… (pulse para ver columnas de Lorenzo Rego en Portaluz).
 
¿La AMS, la homosexualidad, no es una enfermedad sino una realidad que se genera por heridas en la vida de las personas?
 
No me gusta mucho hablar de heridas, porque eso significaría que hay que curar. No me identifico con ese concepto de curación, pero por otra parte no he encontrado una palabra en español que defina lo que realmente es. Creo antes bien que es un restablecer o ayudar a desarrollar algo que quedó mermado y dañado en un momento de la vida.
 
¿La homosexualidad, el lesbianismo son una enfermedad?
 
No son una enfermedad. Cuando una persona descubre que siente atracción hacia personas de su mismo sexo, tiene tres opciones. La primera y más proclamada es “salir del armario” después de mucha lucha interior, la segunda es no “salir del armario”  sufrir en silencio esa atracción que le divide interiormente y rechaza dentro de sí mismo y la tercera es dar un paso a la terapia de cambio. Esto último siempre y cuando la conozca lógicamente son muchos los que no han oído hablar de ella y esto ¡me quema el alma!
 
¿Y cree que se puede ser feliz y un soporte positivo de la sociedad siendo homosexual o lesbiana, constituido en pareja?
 
La felicidad tiene muchas gradaciones. Por tanto contestaría afirmativamente, sí pueden ser felices ¿no es eso lo que afirman? Cada uno en su grado y dependiendo de lo que para cada uno es la felicidad.
 
Quienes la consultan, ¿Es gente confundida o gente que es abiertamente homosexual?… ¿De qué edades son?
 
Hay de todo y de todas las edades…Todos sufren, así lo viven, como un sufrimiento.  
El perfil es muy variado: padres de familia sorprendidos, adolescentes confundidos, jóvenes entre los 20-30 y adultos.
El sentimiento de confusión lo viven los adolescentes y sobre todo los padres. Les pilla siempre de sorpresa, sufren mucho. Son los padres quienes los traen, lógicamente. Suelo iniciar el trabajo con los padres primero, hay unos protocolos que les ayudan a trabajar con sus hijos. Algunos de estos padres entran en terapia o entran en grupos de apoyo. Ningún adolescente ha venido por sí mismo a tocar la puerta. 
Los jóvenes casi siempre dan el paso desde un secretismo absoluto por lo que la confidencialidad es total. Nadie sabe de su atracción o tiene vergüenza por si se enteran sus amigos gays/lesbianas. Unos han vivido su AMS en silencio sin prácticas homosexuales, otros vienen del mundo gay, dañados, escaldados.
También llegan personas casadas que durante años han vivido su AMS en el silencio. Algunos habiendo practicado el sexo con personas del mismo sexo, todo en silencio y oculto. De hecho acompaño a gente que está en su proceso y su mujer e hijos no sabe nada.
 
¿Coincide con algunos psicólogos que señalan a la atracción homo erótica como propia (normal) de una conducta exploratoria adolescente?
 
No es acertado afirmar que es lo normal de esta etapa, otra cosa es que se dé por ciertos factores. Hay momentos de la adolescencia -también en la juventud-, en que existe mayor confusión, es algo intrínseco. Hay factores extrínsecos, externos, causados por el bombardeo del ambiente gay que busca normalizar de una manera descarada lo que no es. Los adolescentes absorben todo y consideran que eso ya es prácticamente normal.
 
¿Existen personas que pueden quedarse fijadas en esa conducta exploratoria adolescente más allá de su adolescencia?
 
Lo he visto menos, pero sí. Son personas que en algunos aspectos afectivos se quedan como frenadas, no crecen, no maduran. La confusión de la propia identidad afectivo sexual que puede ocurrir en la adolescencia es una impronta que si no se aclara la llevas contigo toda la vida, por eso vemos a nuestro alrededor mucha inmadurez afectiva.
 
En Chile se discute hoy una ley que dé un estado civil a las parejas del mismo sexo que conviven y también les permita adoptar. ¿Qué opina  sobre esta posibilidad?
 
La familia está formada por papá, mamá y los hijos. No por papá, papá y mamá, mamá. El niño necesita la presencia de padre y madre, crear vínculos con cada uno de ellos distintamente. Los vínculos que crea con uno y con el otro son diferentes y se dan en diferentes etapas de su desarrollo. Si no están presentes como aporte positivo se trastoca el desarrollo afectivo emocional. La figura del padre y la de la madre tienen una función. Los derechos del niño exigen que se salvaguarde que tenga por padres naturales o adoptivos a un padre y una madre. De lo contrario se institucionaliza un daño directo a la estructura del individuo y de la sociedad, trastocando el sano modelo de la familia.
 
Así como existe el psicoanálisis, la terapia gestáltica, conductista y otras que tienen sus herramientas específicas para otorgar bienestar a la persona, probadas en el tiempo ¿Cuáles son las herramientas de su terapia de cambio?
 
Tenemos la suerte de poder contar con lo positivo que aporta cada una de las terapias y de alguna manera la terapia de cambio se beneficia de algunas de ellas. Lógicamente la adapto a cada persona, porque cada una es única, pero sí, sigo una estructura que Richard Cohen encuadra en 4 etapas. Transición, arraigo, trabajo sobre las heridas homo emocionales (las relacionadas con personas de su mismo sexo) y las heridas hetero emocionales (las relacionadas con personas del sexo contrario). En todo ello hay terapia cognitiva, conductista.
Donde observo un mayor avance en el proceso de la terapia es cuando la persona identifica en su vida las causas que le llevan a sentir su AMS, empieza a entender qué le estaba pasando, la razón da luz a los sentimientos y comportamientos, es como poner piezas al puzzle de su propia vida. Para ellos poder volcar en alguien su dolor, contar con varios mentores que serán sus referentes masculinos en el caso de hombres y femeninos en el caso de mujeres es importante.
Un momento difícil dentro de la terapia es cuando deja atrás todos los vínculos, algunos amigos, ambiente del mundo gay y se enfrenta a un vacío, el ahora qué. Los mentores y el grupo de apoyo juegan un papel insustituible. Figurativamente es como si la persona apareciese en una ciudad nueva, y tuviese que empezar a dar sus primeros pasos en ciertos ámbitos. Necesitan saberse comprendidos y acompañados, deben aprender a vivir desde otra perspectiva. Poder mirar de frente lo que les provocó el daño y aprender a gestionarlo….en eso consiste esta terapia. Trabajamos sobre la autoestima, el niño interior que vive en cada uno de nosotros. Cuando se pasa por todo ello, la atracción remite, desaparece. No olvidemos que la AMS no tiene que ver con la sexualidad, sino con la afectividad, con el amor.  
 
No aceptas entonces que se encasille tu terapia como conductista u otra. Pero tendrás algunas fuentes en las que te inspiras.
 
No me gusta que se encasille con un tipo de terapia específica, como he comentado se entremezclan varias. Durante muchos años he trabajado con adolescentes, jóvenes y padres tanto en España como Estados Unidos. Me ha gustado siempre observar el comportamiento humano y eso me ha aportado perspectiva. Seguramente me ha influido la admiración que he tenido siempre por mi padre, fue psiquiatra infantil. Me he formado con Richard Cohen, me he certificado en orientación sexual y consecuentemente me he especializado en dicha terapia. En la psicología hay líneas muy finas que se entrelazan.
 
¿Involucra fármacos o algún otro apoyo su terapia?
 
Los fármacos no son necesarios para apoyar esta terapia en concreto. Ahora, si la persona requiere fármacos por otras situaciones que le afectan, recomiendo que las resuelva antes de iniciar esta terapia.
 
Su terapia de cambio es interdisciplinaria o sólo psicológica
 
Actualmente no trabajo en equipo. Si trabajo con hombres procuro firmar un contrato de confidencialidad con un referente suyo (un acompañante/director espiritual o mentor) para que mantenga una vinculación con una persona masculina. Se dice que una mujer debe ser atendida por una terapeuta mujer y un hombre por un terapeuta hombre. Esta “estructura triangular” que mantengo hace posible el progreso exitoso en ambos casos.
 
¿Cuál es la duración promedio de su terapia de cambio?
 
Es difícil poner tiempo a un proceso cuando depende de tantas variables. Está la situación particular del individuo, su decisión, fuerza de voluntad, su ambiente, disponibilidad de tiempo. El proceso más corto ha sido de 6 meses y el más largo 2 años.
 
¿Cuántos años de experiencia tiene atendiendo a personas que buscan el cambio?
 
Algunos años.
 
¿Cuál es el porcentaje de éxito y qué se califica como éxito en esta terapia?
 
La persona que viene a terapia establece sus metas. Justo hablaba esta tarde con un cliente que me decía: «Yo lo que quiero es llegar al control de mi persona. Quiero dejar a un lado toda práctica homosexual y sentir que yo soy quien lleva las riendas y no que la situación me gana». Esto es para él su éxito en la terapia. Y me decía: «Ya sé que lo que tú quieres para mí es una transformación completa a lo heterosexual, que encuentre una chica, me case y tenga hijos…» En ese momento le interrumpí y le dije: “Mira, eso no es así. Las metas las pones tú. Iremos hasta donde tú quieras llegar. Tú marcas el objetivo yo te ayudaré y trataré de llegar contigo”.
El éxito está en la medida que la persona puede llegar a sus metas. Ahora bien, en mi experiencia la transformación en algunos es al cien por ciento, en otros es algo menor y luego están los que no perseveran en la terapia. Estos son un número reducido.
 
Su propuesta de acompañamiento, ¿es sólo para personas que libremente aspiran a no sentir atracción a personas del mismo sexo?
 
Trabajo con ambos. Los que quieren libremente cambiar y dejar atrás la homosexualidad y los que quieren vivir su homosexualidad también libremente. Con AMS no deseado trabajo en terapia de cambio. Con AMS deseado coaching, esto es asesoría/acompañamiento. Respeto la libertad como algo sagrado. No me toca a mí vulnerar la libertad de nadie, la última palabra la tiene siempre cada uno.
 
El candidato adecuado entonces para la terapia de cambio es quien vive mal, quien sufre por sentir la atracción a personas de su mismo sexo y por ejercer su sexualidad homosexual o lésbica…
 
El candidato adecuado es el que quiere crecer y está dispuesto a comprometerse al 100% con la terapia. Si no es así, no trabajo con él/ella. Es una persona que quiere dejarlo, que quiere cambiar, pues percibe que algo en su vida no funciona. No me importa si ha salido o no del armario. Me importa que quiera la terapia.
 
Con los adolescentes,  si los traen sus padres, ha de ser difícil…
 
En el caso de los adolescentes el trabajo debe hacerse conjuntamente con los padres. Generalmente el adolescente se lo comunica a sus padres cuando ya casi ha asimilado su AMS y casi está a punto, si no lo ha hecho ya, salir del armario.
Esto requiere un comportamiento que los padres deben adoptar y vivir para crear vínculo con el hijo/a. A los padres les digo que si el adolescente no está abierto a ello, podré charlar, trabajar otras áreas, pero la terapia en sí misma no es posible pues requiere mínimos de libertad. Inicialmente trabajo con ellos otros aspectos, como por ejemplo la autoestima que suele estar débil y otros aspectos. Lo que sí es verdad es que el adolescente llega asustado, con miedo a sus propios sentimientos, vulnerable. Sufren aunque no lo expresen, hay que ayudarles desde donde están. Repito nuevamente, la AMS no es un tema sexual es afectivo-emocional.
 
Acorde a sus investigaciones y experiencia, ¿cuál es el porcentaje de hombres homosexuales y mujeres lesbianas que –por resistir o sufrir debido a la AMS que experimentan- son potenciales candidatos a una terapia de cambio?
 
No podría definir porcentajes honestamente. Pero si puedo afirmar que se ha trabajado de una manera contundente para poner en entredicho la familia, pilares esenciales de la persona haciendo que se tambaleen. Introduciendo como verdades probadas lo que no tiene ningún fundamento. Me estoy refiriendo a dar por hecho que se nace homosexual o que la terapia de “afirmación-gay” es la única que debe aplicarse, como que la terapia de cambio es dañina para no sé qué o quienes, etc. Ahora lo que más me preocupa es que se conozca la posibilidad de cambio, que es posible pasar de la homosexualidad a la heterosexualidad y que en honor a la verdad y a la libertad, nada ni nadie me podrá callar.



 Puedes contactar con Elena Lorenzo pulsando aquí

 

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