Testigo de fe

"Soy divorciada, vuelta a casar y no puedo comulgar. Por mi salvación rezo para que la Iglesia no cambie su doctrina"

07 de noviembre de 2014

Luma Simms era protestante y se convirtió al catolicismo. Ella testimonia en First Things: "La Iglesia Católica tiene una bella y rica doctrina sobre el matrimonio"

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"El mismo día en que mi alma se convirtió al catolicismo, descubrí que no podría recibir la comunión, porque soy una mujer divorciada y vuelta a casar". Esta verdad magisterial sustentada en la doctrina, la tradición y los evangelios, lejos de hacerla dudar de su conversión desde el protestantismo, confirmó su adhesión a la Iglesia.

Dolor y alegría

Luma cuenta su historia al portal First Things, mencionando que tuvo  "lágrimas de dolor y alegría" al encontrarse con “la verdad sobre la transubstanciación", que es negada por los protestantes. Saber que en la ostia consagrada está realmente el cuerpo vivo de Cristo, dice que le llevó a sentir "dolor por haberse tardado en descubrir esta verdad", pero al mismo tiempo "alegría porque finalmente habían (ella y su segundo marido) encontrado el fundamento de la autoridad que reside en su Iglesia, fundada por Él y que mandó custodiar a todos los Apóstoles instruidos por Él".

Los hijos, determinantes

Luma recuerda que llegó desde el calvinismo al catolicismo gracias a "la hermosa encíclica Humanae Vitae que ablandó mi corazón... Luego nada me parecía suficiente y necesitaba conocer todo aquello que la Iglesia cree, basada en la enseñanza de Jesús". Así descubriría esta conversa el Magisterio de la Iglesia y sorprendería a muchos su capacidad de obediencia:

“Debido a mi divorcio y también porque otro miembro de mi familia recientemente dejó su matrimonio después de 43 años, vi como nuestros hijos han crecían con muchas dudas y cuestionando el matrimonio". Un día, "uno de nuestros hijos, al hablarnos nos mostró la ansiedad que le provocaba saber que no podía asegurar que papá y mamá estarían siempre juntos, a su lado”. Este dolor del hijo, cuenta Luma, fue determinante para comprender cuán "profundamente influenciados por nuestras elecciones y la cultura crecen los hijos”. Pero a la vez, dice, la impulsó a confirmar su conversión y decisión: “Formarlos en una iglesia que se mantiene firme en el matrimonio para toda la vida".

"Doctrina rica y hermosa"

La Iglesia Católica, dice Luma, "tiene una doctrina rica y hermosa para enseñar de la plenitud del matrimonio en la imagen de la unión entre Cristo y su novia, la Iglesia".

El crecimiento espiritual de esta conversa se ha nutrido particularmente de la vida sacramental. No comulga físicamente, pero nutre su alma y camino de fe mediante la comunión espiritual…

“Muchas veces -nos cuenta- me levanto en medio de la noche pensando, ¿cómo es que he llegado a considerar el catolicismo? Pero luego en la mañana durante la misa diaria, orando en la liturgia, ¡experimento la profunda presencia de Dios, incluso si no recibo la Eucaristía y comulgo espiritualmente!"… "Es a través de la comunión que espiritualmente soy alimentada por el Señor”.

Compromiso

Luma Simms afirma que "no es la Iglesia" quien le niega la Comunión física, "soy yo quien desobedeció a Dios abandonando mi primer matrimonio" a pesar de que era "inmadura" y las "circunstancias me llevaron a esa drástica medida”. Tal vez, señala, "algunas personas podrían sorprenderse por mi comunión con una iglesia en la que no puedo comulgar físicamente porque soy divorciada y vuelta a casar. Pero a menos que me puedan probar lo contrario, creo que cualquier acción para autorizar el dar la comunión a quienes somos divorciados vueltos a casar corrompería la doctrina del matrimonio reduciendo además la imagen de la Iglesia como esposa de Cristo… demolería a la Iglesia. Yo he encontrado refugio en la iglesia. Por mi salvación y la de mis hijos rezo para que la Iglesia no cambie su doctrina".

 
 

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