“Santi” junto a su padre Ambrosio y su madre Luz Araceli. Foto gentileza Alex García

El benéfico impacto de la Eucaristía en un niño autista que aceptó ser monaguillo

17 de mayo de 2019

"El que Santiago aceptara la invitación del padre Carlos fue una sorpresa para nosotros, pues debido a su condición, era algo imposible que interactuara con personas desconocidas y en gran cantidad", detalla Luz Araceli, mamá del menor.

Compartir en:



“En la iglesia me siento en paz, me siento feliz”, dice tímidamente Santiago a la periodista Cybthia Fabila quien lo ha entrevistado para Desde la Fe, revista de la Arquidiócesis de Ciudad de México. Santi captó el interés de la prensa pues para él ser un niño de 14 años que vive con autismo, no fue impedimento para aceptar ser monaguillo en la Parroquia de San Jacinto, al sur de la Ciudad de México.
 
Este compromiso lo adquirió hace dos años cuando el vicario de la parroquia, el padre Carlos Alcázar, notó mucho interés en él mientras participaba en la Misa. “Me acerqué a sus padres –recuerda el sacerdote– y les dije que si querían traer al niño para que me ayudara como monaguillo en la Misa, pues veía su entusiasmo durante las celebraciones. Lo tomaron con sorpresa y me explicaron que era un niño ‘especial’. Sin saber a qué se referían, mi respuesta fue que todos los niños eran especiales para Dios”.
 
Aceptó el reto de ser monaguillo
 
“El que Santiago aceptara la invitación del padre Carlos fue una sorpresa para nosotros, pues debido a su condición, era algo imposible que interactuara con personas desconocidas y en gran cantidad”, detalla Luz Araceli, mamá del menor.
 
Recuerda que tanto ella como su esposo tenían mucho temor de la reacción de su hijo al estar frente a tanta gente desconocida. “El día de la Misa, nos paramos a un lado del altar por si se ponía mal durante la celebración. Pero quedamos sorprendidos y emocionados porque Santiago estaba muy sereno y seguro”, relata.
 
Entre risas, el sacerdote recuerda que cuando acabó aquella Misa vio con claridad la cara de alivio de los padres del niño. Asegura que la participación de Santiago en las primeras Misas era normal, sólo veía a un niño un poco nervioso, pero era natural dado su papel de monaguillo.  “Tardó en adaptarse como seis semanas; sólo me agarraba de la mano o de la vestimenta. Lo único particular era que repetía varias veces alguna frase que le llamaba la atención. Fue hasta entonces que sus padres me dijeron que el niño tenía Síndrome de Asperger, y por ello eran tan especial”, comenta el padre Carlos.
 
Cabe mencionar que el Asperger es una forma de autismo en un nivel bajo y funcional; sin embargo, conlleva dificultades para interactuar con las personas, tienden a repetir conductas, sensibilidad al ruido y, en algunos casos, hay problemas de aprendizaje.
 
El milagro de su evolución
 

Luz Araceli explica que a partir de que su hijo decidió ser monaguillo, su condición es otra, pues se le ha facilitado la interacción con las personas y se muestra más desenvuelto. “Lo que me llama la atención es que la gente ya no le impone. Antes era muy callado y retraído, sobre todo con la gente extraña. Habló hasta los cinco años. No le gustaba que lo tocaran, incluso, los ruidos altos no los soportaba”.
 
Para Ambrosio Hernández, papá de Santiago, esta evolución es un milagro, pues considera un gran logro el que su hijo pueda estar tranquilo frente a toda la gente que va a la Misa dominical. “Incluso muchos lo abrazan, le dan regalos, platican con él; para nosotros es más que una bendición”.
 
Para el sacerdote, las mayores cualidades de Santiago son su sinceridad y gran curiosidad de descubrir el mundo. “Muchos de los fieles entienden su condición y otros ni siquiera saben de ella; y no tienen por qué saberlo, simplemente es una cuestión de aceptación”, dice el padre Carlos, quien asegura que los otros dos niños que también le ayudan en el altar saben de la condición de Santiago, pero lo tratan como igual.
 
“Ellos se abrieron a la interacción con él, lo protegen, lo entienden y lo acompañan. El mensaje que Dios me da a través de Santiago es que ejerza mi ministerio con la misma intensidad que él lo hace”.
 
 

Compartir en:

Portaluz te recomienda