Exorcista enseña que los demonios alteran objetos tecnológicos y recomienda una oración preventiva

16 de abril de 2021

Los hechos ocurrieron durante el Triduo Pascual de la reciente Semana Santa en Estados Unidos.

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En su blog personal, el sacerdote de la diócesis de Siracusa y profesor de la Universidad Católica de América, padre Stephen J. Rossetti, suele ir registrando experiencias personales o de testimonios recibidos de terceros sobre diversas acciones cotidianas de los demonios y cómo combatirles. Padre Stephen conoce bien esta realidad espiritual que afecta la experiencia humana pues es licenciado en psicología y fue por más de 13 años el exorcista titular de la Arquidiócesis de Washington.
 
Cuenta padre Stephen que un sacerdote de su decanato tuvo una particular experiencia en el exacto momento de iniciar la celebración del Triduo sagrado el pasado Jueves Santo: “Las luces de la iglesia comenzaron a parpadear.  Se volvieron anormalmente brillantes, y luego muy tenues, a pesar de que los controles no tenían ningún recalentamiento. Las luces parpadeaban y se apagaban. Luego, la iglesia se quedó completamente a oscuras.  El sacerdote, imperturbable, dirigió una hermosa celebración a la luz de las velas”, relata el padre Stephen Rossetti.
 
Nada más terminar la misa, las luces volvieron a la normalidad, como si no hubiera pasado nada. “Poco después -prosigue relatando padre Stephen- una mujer espiritualmente dotada presente en la congregación le confió lo siguiente (al sacerdote de esa parroquia): «Uno de los secuaces de Satanás entró en la iglesia e invocó la ayuda de los demonios para interrumpir la misa»”.
 
Pero no sería el único suceso particular en el decanato. En otra iglesia cercana, dos días después, en la vigilia de Pascua, cuando llegó el momento de cantar el Gloria, el órgano inexplicablemente no sonaba.  “El sacerdote procedió tranquilamente a dirigir al pueblo -en una misa de bendecida vigilia- a capela, sin instrumentos.  El organista intentó durante toda la liturgia que el órgano funcionara, sin éxito.  Al final, el organista tuvo una inspiración y sacó un poco del agua bendita de la Epifanía.  Roció el agua sobre el órgano y éste comenzó a funcionar normalmente, justo a tiempo para el himno final”, testimonia padre Stephen. 
 
Para el sacerdote este es el típico comportamiento demoníaco, que acosa y tienta, pero nunca puede frustrar la obra de Dios.  “Últimamente me he encontrado con varias personas que se asustan de Satanás y se acobardan.  Sin darse cuenta, debido a su miedo y dejando que este miedo controle su comportamiento, caen bajo su control”, advierte.
 
En este contexto y recordando el abandono confiado a la Divina Misericordia testimoniado por Santa Faustina Kowalska, padre Stephen Rossetti fue enfático al señalar que “Satanás está desdentado e impotente en presencia del Señor Resucitado.  Confía en Jesús”, anima.
 
Como consejo final, junto al uso de los sacramentales de la Iglesia, recomendó la siguiente oración “para proteger los ordenadores, teléfonos móviles, etc., del acoso demoníaco.  Se puede adaptar para otros usos, como un órgano de la iglesia”:
 

Plegaria del paraguas para la tecnología



Señor Jesucristo, Rey Soberano entronizado en el Cielo, en tu amor y misericordia establece un perímetro de protección con tu preciosa sangre alrededor de nuestros dispositivos de comunicación y de toda la tecnología utilizada durante esta sesión, las cámaras o webcams, los micrófonos, los altavoces, las pantallas, todos y cada uno de los programas informáticos, las conexiones WiFi en el aire, tanto mi router como el router de N. y de cualquiera que asista, los cables ópticos que intervienen en la transmisión de datos y las ondas de luz que se utilizan para transferirlos. Límpialos con tu preciosa sangre y expulsa de ellos cualquier influencia satánica. Establece alrededor de ellos un santuario de tu Misericordia, para que Satanás y cualquier otro espíritu maligno o entidad humana no puedan interferir. Te pido Padre que bloquees, ates, reprimas y hagas impotente cualquier asalto que provenga del maligno en cualquier forma. Padre, mientras estos instrumentos sean utilizados en este ministerio de misericordia divina, te pedimos que les permitas disfrutar de la protección de la Santísima Madre, de San Miguel Arcángel y de todos los Santos Ángeles. Te lo pedimos en tu Santísimo Nombre, el Nombre ante el que se doblará toda rodilla, en el cielo, en la tierra y bajo la tierra, reconociendo que Jesucristo es el Señor.
R. Amén.
 
 
 

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