Cinco mil potenciales líderes ya han sido formados

La pasión de José Antonio Rosas: que las nuevas generaciones de líderes políticos vivan los valores del evangelio

07 de octubre de 2016

Que los de centro, izquierda, derecha u otro sector político sean transformados por los valores del evangelio es parte del desafío. Casi veinte jóvenes formados en la "Academia de Líderes Católicos" -co-fundada por Rosas-, son candidatos a las próximas elecciones del 23 de octubre en Chile.

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La capacidad de resiliencia es una característica que comenzó a modelar el alma de José Antonio Rosas siendo apenas un niño, al descubrir su vínculo íntimo con Dios...

Nacido en Puebla (México) quedó huérfano de padre, siendo hijo único –cuenta a Portaluz-, cuando recién comenzaba los primeros años en el colegio. Para lograr subsistir, su madre se dedicó al comercio en una pequeña tienda; hubieron de vivir además un buen tiempo como allegados, en casa de una anciana que padecía alzheimer. La mayor parte del día José Antonio lo pasaba sólo y sobrellevando del mejor modo que podía las carencias afectivas de aquél tiempo… “Mi infancia fue muy dura. Por no tener papá, una situación económica complicada, una mamá que tiene que sacarme adelante y entonces era muy ruda… sentí mucho la presencia de papá Dios en mí, porque yo hablaba con él, sentía su compañía. En los juegos que yo inventaba… pues, ¡era Dios quien estaba ahí acompañándome! La carencia de papá Él la fue cubriendo…”.

Luego vinieron los años de estudio con los Hermanos de La Salle. Entre ellos fue Miguel Martínez -religioso con fama de santidad-, su referente y quien pulió las cualidades de liderazgo que comenzaba a mostrar en su adolescencia José Antonio…

“Empecé a conversar mucho, mucho con él. Todas las semanas terminaba la clase a las doce del día y era desde las doce del día a las dos de la tarde platicar con él. ¡Él, ya un hombre de setenta años, dedicándole dos horas a un jovencito! ¡Es extraordinario, porque era hablar de Jesús! Él fue quien me enseñó la existencia del demonio. Él fue quien me guio sobre la conciencia de que la vida cristiana es lucha, milicia. Fue un hombre que me marcó”.

De aquí en adelante José Antonio agradece nunca haber dudado de la existencia de Dios. Incluso, dice, en aquellos momentos en que fue tibio, relajado o estaba en riesgo de perderse por decisiones equivocadas… “yo en mi corazón veía cómo Dios peleaba por mi alma. ¡Dios pelea por mí!”

Los años de universidad estudiando Ciencias Políticas mostraban su vocación por el servicio público, que comenzaba a desplegar liderando la formación de jóvenes y siendo dirigente universitario. Su maduración continuaría tras desligarse de los vínculos de militancia política, para emigrar con su esposa a Chile y estudiar becado un Magíster en Gestión y Políticas Públicas dictado por la Universidad de Chile.

Pero Dios saldría al encuentro de José Antonio impulsándolo a un proyecto que durante diez años ha venido forjando en Chile más de cinco mil liderazgos identificados con Cristo y los valores del evangelio: La Academia de Líderes Católicos… una propuesta  que une a privados y universidades, buscando impregnar a todos los colores políticos con la verdad dinámica del evangelio, según nos narra José Antonio en esta entrevista concedida a Portaluz.

 

¿Qué es la Academia y cuál es su misión?
El año 2006 surge en Chile el llamado ‘movimiento pingüino’ (estudiantes). Luego, cuando (el año 2008) ocurre que le tiran una jarra de agua a la ministra de educación, todo el mundo cuestionaba la ausencia de liderazgos estudiantiles rectos, bien formados. Yo le propuse entonces a la Universidad Santo Tomás que hiciéramos un curso de Líderes Católicos. Hubo dudas. Una Escuela de Líderes ¡quién va a querer! No había en esa época ninguna escuela de líderes en Chile. El término se veía como freak; y de líderes católicos, menos. La Escuela fue un éxito. Hicimos la primera generación con cincuentas muchachos, con tres características fundamentales… Primero proponer al joven que desde su identidad católica participe de lo público, lo político con mayúscula, no sólo de partido, sino cuerpos intermedios, medios de comunicación. Segundo, la transversalidad o pluralidad. Me llamaba la atención escuchar en Chile a personas que se definen católicos en la izquierda y en la derecha; eso en México no ocurría y era una oportunidad: Poder congregar desde una mirada de fe a gente que está en distintas trincheras. Y tercero romper los guetos. En Chile hay muchos guetos... Luego, fuimos creciendo como todas las historias de mucha mística. Hasta llegar al día de hoy en que estaremos presentes en 18 diócesis, con más de 80 programas de formación y más de cinco mil jóvenes egresados (al finalizar 2016).

La corrupción de la clase política es hoy una realidad recurrente en el mundo. En particular se cuestionan los vínculos entre las empresas y los políticos. ¿Cómo se financia la Academia para salvaguardar su independencia?
Se financia con aportes y donativos de instituciones o personas... Todos los profesores que van a dar clases hoy, desde La Serena hasta Puerto Montt, son gratuitos. Muchos de ellos hasta pagan incluso sus pasajes de avión. Ha habido políticos, muy buenos hombres, de distintos partidos, que viajaron a Puerto Montt el año pasado y se pagaron ellos sus pasajes. Invito al que quiera a conocer. Nuestro balance, nuestra memoria es presentada al Ministerio de Justicia, pues somos una institución  jurídica constituida sin fines de lucro. Por eso mismo rendimos cuentas al Estado.

¿Ustedes buscan que los católicos y fieles de otras iglesias cristianas se consoliden en una fuerza de voto?
No. es un gran tema de discusión ese… la unidad política de los católicos o la unidad católica de los políticos. La opción no es que los católicos y los cristianos formen un partido político. La apuesta va porque quienes son cristianos, desde una identidad cristiana, participen en la vida política. Y se incorporen en los distintos partidos.

¿Quiere decir que el anhelo es que los valores del Evangelio impregnen una nueva ideología y que ella se transforme en un programa de gobierno…?
No… más bien el Evangelio se encarne en las distintas fuerzas políticas. Se encarne y se meta en las distintas ideologías. Porque la Doctrina Social de la Iglesia no es una ideología. Nosotros no seguimos una…

¿En qué forman entonces?
El corazón de nuestro plan de formación es que nosotros, los laicos, no seguimos una ideología o una idea... Nosotros no planteamos: están los comunistas, están los liberales y están los católicos, no. Porque a nosotros nos diferencia algo mucho mayor. En lugar de seguir la idea de la libertad, o de la igualdad, o de la justicia, nosotros a quien seguimos es a una persona, Cristo. Entonces hay una relación viva entre Cristo y cada uno de nosotros.

José Antonio, poniéndolo en concreto ¿parece difícil que en este momento, por ejemplo, en cualquier país de Iberoamérica pudiéremos encontrar a católicos auténticos militando en un partido de izquierdas…?
Fíjate que aquí en la oficina tenemos una selección de fotografías de políticos del siglo XX, camino a los altares, venerables, beatos o santos y de distintas fuerzas políticas. El ex presidente de Tanzania del siglo XX, Julius Nyerere, padre del socialismo africano, está en proceso. La iglesia ha solicitado apertura de la causa. Giorgio La Pira, que fue alcalde de Florencia, de la corriente de izquierda de los democratacristianos, gana la elección en alianza con los comunistas y se dice que pronto podría ser declarado beato.

Pero las personas formadas en la Academia de Líderes Católicos ¿jamás apoyarían una ley de aborto?
Claro. Pero fíjate. La apuesta que nosotros queremos es que haya un laico católico también metido en el partido de izquierda. Que en el partido de izquierda defiendan los valores cristianos. Porque yo creo que el socialismo no es sinónimo de aborto.

¿Tampoco una persona formada en la Academia de Líderes Católicos apoyaría el matrimonio igualitario?
Nunca vamos a estar en disonancia con el Magisterio de la Iglesia. Seguimos lo que el Magisterio nos enseña, claro que sí. Obviamente estamos en contra del matrimonio igualitario, defendemos el matrimonio entre hombre y mujer.

¿Están más cerca de la derecha que de la izquierda?
Ahí hay un diagnóstico equivocado. La derecha no es sinónimo de Doctrina Social de la Iglesia. Ni tampoco la izquierda. Hay católicos que piensan que un católico sólo puede militar en la izquierda porque los pobres sólo se inscriben en partidos de izquierda. Como hay gente que piensa que la vida sólo se puede defender desde los partidos de derecha. La enseñanza de los Papas no va por ahí. Nosotros necesitamos evangelizar a todos los partidos y todas las ideologías.

Los chilenos elegirán en pocos días autoridades comunales, alcaldes y concejales. ¿Tiene la Academia una propuesta para estas elecciones nacida de sus filas?
No, no tenemos ninguna propuesta porque no somos un movimiento político. Pero sí tenemos -con gran alegría- exalumnos nuestros que van de candidatos a Concejales.

¿Quiénes son?
Son más de diez… Todos jóvenes, debajo de los treinta años de edad. Militan por distintos partidos, pero se definen como católicos, por los valores cristianos. Son personas que proponen una renovación generacional que necesita nuestra clase política. Un valor para nosotros en la Academia es la comunión con la Iglesia y esta debe ser vital, de vida. Significa ir a misa, confesarse, tener una vida, una pertenencia cordial con la Iglesia. Una comunión afectiva, sentir con nuestros pastores, que ellos la tienen. Y comunión efectiva... cuando los obispos nos dicen ‘un cristiano no puede votar y legislar una ley de aborto’. Lo que buscamos formar en la Academia de Líderes Católicos son políticos que tengan una comunión afectiva, efectiva y global con la Iglesia.

¿Cuál es el sentido trascendente de toda esta entrega tuya en la Academia, a los jóvenes, a la Iglesia?
Lo que yo quiero en mi vida es ser feliz y la felicidad de mi familia. Eso se traduce en la santidad. Lo que yo espero es seguir agarrando la mano de Dios en mi vida. No alejarme de Él, seguirlo encontrando y reencontrándolo.
De las cosas más bonitas que yo he vivido en la Academia es ver a muchachos a quienes Dios les ha tocado el corazón. Un chiquillo en Concepción que hacía la Escuela de Líderes, que no se definía católico porque no ponemos como requisito el ser católico… sólo que acepten la línea editorial de la Escuela. En la graduación tremendamente elegante, de traje…partimos con la misa y en la misa a nadie se le obliga a anda; y el chiquillo se forma en la fila de la confesión. Entonces la coordinadora le dice: oye, Juanito, que no es obligación que te confieses. “No”, le responde él. “¡Que yo me quiero confesar!”… Un chiquillo que se declaraba alejado de Dios… ¡confesándose durante una hora! Este tipo de cosas son maravillosas… cómo hay personas a quienes Dios les ha tocado el corazón a través de este ambiente que ofrece la Academia.

 

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