Di Paola fue categórico en su crítica a la legalización del aborto, recordando cómo “
los países capitalistas que aprobaron el aborto han depurado con un pensamiento nazi al 90% de los niños por nacer con síndrome de Down”, alertó y desafió luego al presidente de la República Argentina a ser transparente con los ciudadanos… “El presidente dice que ha enviado el proyecto al Congreso porque había hecho una promesa y la quiere cumplir. Sería interesante que nos dijera ante quién se comprometió. A quien le prometió, en tal caso. Al pueblo seguramente no. Al pueblo de la villa menos. Al de las provincias tampoco”, afirmó Di Paola.
“Como curas y religiosas de villas y barrios populares aprendimos de los vecinos a amar y cuidar la vida.
Los lazos de amor que se generan entre los más pobres nos muestran que toda vida vale. La madre ya no solo es la de sus hijos sino también de chicos y chicas del pasillo. La vida comunitaria abraza y da vida. Como contracara vimos la hipocresía de nuestra sociedad que niega al pobre la posibilidad de adopción por no tener, por ejemplo, un título de propiedad”, puntualizó.
“Parte de esta
hipocresía es plantear que el aborto es una necesidad de los pobres, dicen hacerlo por ellos. Creo que sería suficiente con que los funcionarios hagan fila en los centros de salud, se atiendan en los hospitales provinciales y nacionales para darse cuenta de qué es lo que necesitan verdaderamente los pobres y especialmente las mujeres pobres”, denunció el sacerdote.
La legalización del aborto, consideró, “admite como conducta legal la eliminación de una vida invocando una respuesta superior. Pareciera que retrocedemos a ‘las razones de Estado’ o a los ‘destinos manifiestos’”. “
Después de este, ¿cuál es el próximo paso? La eliminación de los ancianos disfrazada con el eufemismo de la muerte digna ‘consumando la exclusión de los más débiles’”, planteó.
“Después del ‘Nunca más’ muchos se preguntaban cómo se pudo haber llegado a tal grado de deshumanización. La respuesta es que se llega cuando se decide justificar la eliminación de la vida o la violación de la integridad física o moral por una razón superior. Es en este punto donde las justificaciones y las indignaciones se tornan hipócritas en los que deciden”, manifestó el sacerdote.
“
Al haber vida estamos ante una flagrante violación a los derechos humanos”, afirmó. “Nos suena en nuestro interior la voz de nuestro guía en Derechos Humanos, A
dolfo Pérez Esquivel, quien fue citado en 1982 por el padre Javier Gafo en uno de sus libros con este concepto fundante: ‘
Quien justifica el aborto, justifica la pena de muerte y yo estoy contra la pena de muerte y contra el aborto,
ser progresista significa defender la vida y nada más’”, citó.
“Cuando hace dos años destacamos la innegable
vinculación entre la legalización del aborto y las políticas de la usura internacional varios medios de comunicación vinculados al oficialismo nos atacaron duramente, pretendiendo desvincular la propuesta llevada al Congreso con la aprobación de irracionales préstamos que solo sirvieron para garantizar la fuga de riquezas y lo producido del trabajo argentino”, recordó el cura. “Frente a esta ofensiva, durante las últimas semanas, el Ministerio de Economía tomó medidas que podrían calificarse como estabilizadoras o como ‘pro-mercados’”.
“En estas gestiones hubo hechos de muy difícil calificación como mera coincidencia. Por una parte, el Ministerio de Economía anunció que solicitaría al
FMI un acuerdo de ‘facilidades extendidas’ el que —como es conocido— trae aparejado que el país deba aceptar, no solo inspecciones y controles de gestión, sino también
imposiciones de diverso carácter. En el momento en que arriba la misión negociadora del FMI, en forma apresurada y contradiciendo manifestaciones anteriores, se anuncia uno de los principios que impulsa fuertemente el sistema de usura internacional: la legalización del aborto. La misma historia que vivimos dos años atrás”, explicó.
“
En América Latina resuena el famoso grito ‘No matarás’ de Monseñor Romero, Mártir de El Salvador, cuando exhortaba a no reprimir a su propio pueblo y con el mismo fervor agregaba ‘si sentimos la represión porque nos mata a jóvenes y gente que ya es grande, lo mismo es quitar la vida en las entrañas de la mujer’”.
“Señores diputados y senadores: no se coloquen en el lugar de Dios, dejen que la ciencia hable seriamente, gobiernen para los pobres y no para las elites capitalistas ilustradas”, pidió el sacerdote y finalizó diciendo: “Hagamos entre todos
un país donde se ame la vida, un país donde el Papa pueda sentirse cómodo cuando decida venir”.
Fuente: AICA