Líderes africanas piden a la ONU detener su chantaje que exige leyes de aborto a cambio de ayuda

23 de marzo de 2018

Se denuncia la imposición de campañas de colonización ideológica e instalación de clínicas ilegales para practicar abortos en zonas rurales…

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La denuncia se escuchó potente en el auditorio: "África ha sido objeto de burlas", señaló la nigeriana Obianuju Ekeocha, fundadora de Culture of Life Africa, durante una mesa redonda en la 62ª Conferencia anual sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer de la ONU, según informan desde Life Site News y otros medios de prensa este 23 de marzo.
 
África recibe unos 50.000 millones de dólares en asistencia oficial para el desarrollo por parte de países donantes, organizaciones y fundaciones privadas, destacó Ekeocha. El "innegable e incontrovertible desequilibrio de poder entre nuestros donantes y los que están en el extremo receptor" es la "puerta de entrada al neocolonialismo", señaló la líder africana, puntualizando que los africanos "abrumadoramente... creen que el aborto es la destrucción directa de la vida humana. Y sin embargo, los donantes hacen todo lo contrario".
 
Acoso de organizaciones internacionales
 
Akech Aimba, quien hace consejería postaborto en Kenia, se hizo eco de esta denuncia, describiendo el "acoso ideológico" de las organizaciones occidentales que establecieron "clínicas de aborto ilegales" en las zonas rurales de Kenia. Capacitan a jóvenes médicos de Nairobi para hacer abortos " y conseguir dinero fácil " de los cooperantes internacionales, denunció. Además, "obtienen clientela para los abortos, difundiendo comportamientos sexuales irresponsables" mediante la distribución de preservativos y anticonceptivos, protestó Aimba. Luego, señaló, cuando las jóvenes quedan embarazadas, "se convierten en clientes de esas clínicas de aborto en las zonas rurales".
 
Aimba confidenció que ella misma conoce esta realidad -no sólo por haber dado acogida y consejería a más de 300 mujeres dañadas tras el aborto- sino pues  ella misma tuvo dos abortos, a los 18 y 22 años de edad; y sufrió tales "daños emocionales y psicológicos" que intentó suicidarse dos veces antes de recibir "consejería" y comenzar a perdonarse, a sanar. "El aborto priva a la mujer africana, y a todas las demás mujeres, de su condición natural de madre", protestó.
 
Canadá líder en “control de la población”
 

Es un escándalo y violencia extrema según Ekeocha, la imposición occidental con programas de control de población que impulsan los anticonceptivos y el aborto en los países en desarrollo. Efectivamente, agregó, el financiamiento de esos programas tuvo un asombroso aumento del 1.932% en 20 años: de $610 millones en 1993 a $12.400 millones en 2012. "Hay una marcada renuencia y una negativa a considerar cuál es la posición de los africanos en ciertos temas. De esta manera el donante se convierte en el maestro", denunció Ekeocha.
 
De hecho ese mismo día -casi como una burla a las denuncias de la líder nigeriana-, la ministra de desarrollo internacional de Canadá, Marie-Claude Bibeau, envió una convocatoria de propuestas sobre cómo mejorar los "derechos sexuales y reproductivos y la salud" de las mujeres en los países en desarrollo.  Titulada Su Voz, Su Elección, la convocatoria invita a las organizaciones canadienses a proponer maneras de gastar $40 millones de los $650 millones que los Liberales han destinado para aumentar el acceso mundial al aborto. Según la información de Su Voz, Su Elección, "se dará preferencia a los proyectos" que "tengan lugar en el África subsahariana y en los países de la Asociación de Uagadugú".
 
La voz de la Iglesia
 
El Arzobispo Bernardito Auza, Nuncio Apostólico y Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, señaló en su discurso de apertura que el Papa Francisco advirtió contra la "colonización ideológica" cuando se dirigió a la ONU en 2015.
 
El Pontífice "ha llamado a este tipo de desarrollo extorsión equivalente a una guerra mundial... no con armas sino con ideas'", dijo Auza. "Nunca quisiéramos criticar la ayuda al desarrollo, pero cuando se convierte en un instrumento de imposición y control sobre las formas de vida y los sistemas de valores de los pueblos y naciones más pobres, tenemos que denunciarla. El sistema de desarrollo nunca debe ser usado como Caballo de Troya para atacar los valores culturales y religiosos de las naciones en desarrollo", sentenció Monseñor Auza.


 

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