"Lola" cuenta cómo su familia experimentó la "fuerza diabólica" de "Un Curso de Milagros"

09 de abril de 2021

El testimonio de esta mujer, denuncia los contenidos del libro "Un Curso de Milagros" y de sus promotores como una estrategia oscura: "Roban el alma" de sus víctimas "para sus propósitos". "No permitan que esta secta atrape a nadie de su familia", advierte.

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“A mi familia llegó el conocimiento de Un Curso de Milagros (UCDM) a través de un ciudadano norteamericano que se casó con mi hermana hace muchos años”. Con estas palabras comienza su relato Lola, una mujer que -pidiendo reserva de su apellido- ha compartido con Portaluz la terrible experiencia que vivieron tras adherir a los contenidos promovidos desde este libro de alto impacto en los ambientes New Age, aunque con nefastas consecuencias para las personas.

La conclusión a la que llega después de todo lo que narra en este artículo es clara: “UCDM contiene su propia fuerza diabólica. Es un libro que seduce la mente para hacerte leer y recitar las lecciones y ‘eliminar el ego’ para que no hagas preguntas y aceptes lo que dicen sus textos. De esta forma roban el alma para sus propósitos”. Por esto su advertencia es clara, y la dirige a todo el mundo: “no permitan que esa secta atrape a nadie de su familia”.

Una persona enigmática

Lola no ha olvidado a quien les recomendó los contenidos del libro, su cuñado –al que llamaremos Jim–, pues tenía una particular personalidad: “sinceramente, nunca terminamos de conocerlo. Nos llamaba mucho la atención la rigidez y los constantes conflictos que este señor tenía con todo su entorno. Lloraba por todo, y a veces salía a caminar durante horas”.

Se consideraba católico y había sido bautizado de niño, añade Lola y explica: “Al conversar con él, le preguntaba cosas sobre sus ideas, y entonces se expresaba con confianza. Y ahí había una gran confusión que no le permitía entender la vida desde la verdad de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

Lola cree que esa confusión espiritual se consolidó en el tiempo, pues “cuando fue creciendo empezó a leer muchas cosas y a transitar por todas las doctrinas religiosas. Pero, al parecer, ninguna se adaptó a sus necesidades, y esto le originó un gran vacío. Por eso empezó a estudiar a Buda, Paulo Coelho, la Biblia, Osho, el Bhagavad Gita... y muchos más. Incluida la secta Mahikari. Hasta que llegó a UCDM”.

Se hizo llamar "maestro"



Jim se convenció de la verdad de UCDM y, enseguida, “trató de influir en nosotros para que leyéramos el libro, pero sin éxito”, afirma Lola. Pero Él no se dio por vencido, ya que “mientras tanto, grabó vídeos para compartir enseñanzas, grupos de WhatsApp con fragmentos diarios de UCDM, un grupo de lectura con encuentros gratis programados una vez a la semana... Se hizo llamar maestro y logró meterse en la mente de muchas personas”.

No sólo eso: “inició terapias y reuniones que crearon situaciones de separación de parejas y crisis muy fuertes. Creó caos, conflictos, peleas, estafas y hasta divorcios a través de sus terapias diabólicas”. En aquel momento Lola investigó sobre su cuñado, llegando a conocer que “no tenía ningún título de terapeuta ni formación para realizar esa tarea”.

Aunque Jim falleció en 2020, “dejó un legado y tiene muchos seguidores. En su propio grupo formó a dos personas como él, que ahora están preparándose para formar sus grupos respectivos, con el legado y los niveles de formación que impone el libro, y así poder cumplir lo que les ordena ese poder maligno que los conduce”, comenta Lola y se lamenta: “aunque todo sea incoherente y fuera de este mundo, ninguno de ellos se da por enterado”.

La dinámica sectaria



A los herederos espirituales de Jim, los “nuevos maestros” que divulgan las doctrinas del libro UCDM, “la gente los repele en cuanto llegan, porque se comportan todos iguales, se van desconectando de todo, nada les gusta, nada los satisface, nada los alegra... Todos ellos viven disconformes y se repite el vacío. No tienen temas para conversar. Sólo repiten constantemente: ‘todos somos uno’”.

Se trata de una frase extraída del libro, y que responde muy bien a la cosmovisión monista de la Nueva Era: la unidad de todo lo que existe, la supresión de toda distinción o separación. En último término, del monismo se pasa al panteísmo: todo es divino, todo es Dios, no existe otra cosa. Y nosotros formamos parte de esa unidad divina. Sin embargo, desde su experiencia familiar, Lola hace otra lectura sobre ese “todos somos uno”: “se traduce como ‘legión’. Ojo con eso”.

Las personas que entran a formar parte de los grupos que leen UCDM “se desesperan por estar al lado del maestro, por ser reconocidos y estar junto a él, por tener lo que ha hecho... es algo indescriptible, una adoración insana. Se comportan como dementes”. Algo que Lola pudo constatar en la propia familia de Jim en los EE.UU. “Todos sus hijos, su familia completa, se han entregado al estudio del libro y a su práctica como parte de un estilo de vida”.

En el fondo, “el objetivo es entregar todo a esa fuerza invisible que se mete en el pensamiento y usa el cuerpo. El propio maestro tiene que entregar a su propia familia y a los que tenga alrededor de ellos, amigos y allegados”. En el caso de Jim y su entorno más cercano, “todos cayeron en su seducción maligna”.

Una familia marcada por lo oculto



Algo que también sucedió con la familia de Lola y, sobre todo, con la esposa de Jim: “la vida de mi hermana se convirtió en un yugo y un suplicio bastante difícil de llevar. Nosotros hacíamos fuerza para sostenernos pidiendo a Dios que todo pasara pronto”.

Lola recuerda algunos episodios que, después de haberlo vivido y al contemplarlo en su conjunto, cobran todo su sentido. “Cada vez que la visitábamos, luego teníamos pesadillas todos en mi casa, al mismo tiempo. Yo siempre decía: ‘algo pasa’, pero no sabía lo que era” (…) “Otro día llegué a casa de mi hermana y él estaba sentado, con una mesa pequeña entre las piernas. En ella estaba el libro de UCDM abierto y unas cartas de Osho con las que hacía una especie de adivinación al terminar las sesiones de los encuentros. Le decía a la gente cosas que causaban impresión. Escogía a personas determinadas para ello y tomaban esos mensajes como algo personal. Una total manipulación”.

Las circunstancias oscuras de su muerte

Llegó un momento en el que Jim enfermó de gravedad, con diagnóstico de cáncer. “Al estar tan vulnerable, empezó a decir que veía que llegaron dos a buscarlo, pero no se quería ir con ellos. Los dos que llegaron eran dos demonios con unas alas gigantes que sobrepasaban el techo de la habitación”, afirma totalmente convencida Lola.

Esto sucedió en su casa. “Había varias personas allí presentes, y nos quedamos asustadas viendo su cara, entre olores, ruidos y sombras. En aquel momento hasta se fue la luz. Todo nos pareció sobrenatural y asombroso. Y entró en coma”. Entonces lo trasladaron a la clínica, donde se escuchaban voces susurrando cerca de él, aunque no hubiera nadie más ingresado en la unidad de cuidados intensivos.

Allí falleció dos días después. Las dos enfermeras que estaban cerca de él cuentan un episodio de difícil explicación, que tuvo lugar tras haberle administrado un sacerdote el sacramento de la unción de enfermos: “escucharon un ruido y, cuando se volvieron para mirar, había levantado los brazos y las piernas. Después, el cuerpo se elevó en posición horizontal sobre la cama, manteniéndose así un rato, hasta que volvió a caer”.

En aquel mismo momento, como explica Lola, “mientras estábamos sentadas en la sala de espera varias personas, nos asustamos porque sentimos una presencia opresora que llegó e invadió el lugar, y las luces empezaron a parpadear con fuerza. Empezamos a rezar, nos asustamos y escuchamos entonces el sonido lineal del monitor de sus latidos del corazón, y entendimos que había fallecido”. Después supieron que “mientras tanto, en los Estados Unidos una fuerza desconocida le partió completamente el vidrio blindado a un ventanal de la casa de uno de los hijos de este hombre”.

De la superstición a la apostasía



Tras la muerte de Jim, “con la limpieza que se realizó en la casa, mi hermana encontró cosas que nos dan la certeza de lo malo que es UCDM y la mente enferma que estaba ligada a lo maligno, sin personalidad, apresada por una legión”. Porque ese es el convencimiento de Lola: su cuñado fue atormentado por una legión de demonios, tal como sucedió en el relato evangélico del poseído de Gerasa, liberado por Jesucristo (Mc 5, 1-20).

En cierto momento Jim había manifestado su voluntad de apostatar de la Iglesia Católica: “quería mandar borrarse de ‘ese libro’ (el Libro de Bautismos de la parroquia), no quería estar registrado como bautizado en la Iglesia, porque ya no creía en eso. También expresó que no creía en el sacramento de la Eucaristía. Y eso tiene un nombre bien definido para un creyente”, explica Lola. “Estás renunciando al Dios que tú conoces en la fe católica para entregarte completamente a eso desconocido que promueve el curso”.

Una mirada desde la fe

En nuestro tiempo, “la gente está distraída en lo superficial y vano, y por eso no creen que exista el mal en tal magnitud. Pierden la capacidad de hacer el discernimiento y allí se están perdiendo muchas almas”, reflexiona Lola después de todo lo que ha vivido.

En el caso de UCDM, “la dinámica de estos grupos consiste en que las personas pasen gran parte de su vida leyendo ese libro, pero sin poder llegar nunca a las últimas páginas. Considerando que hay una lección para cada día, se producen retrasos bien planificados para sumir a las personas en esa aniquilación del ego para que no cuestionen la perspectiva del conocimiento de una supuesta verdad y el supuesto nuevo conocimiento que les muestra el libro”.

La conclusión a la que ha llegado es tajante: “es necesario buscar la manera de que este libro no se siga difundiendo. Porque lo que se manifiesta es contrario al Dios que nos entrega a su Hijo Jesús en la cruz y después resucita para darnos vida”. Lola recuerda, en este punto, las palabras de Jesús en Jn 3, 16: “tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Unigénito, para que todo el que cree en él no perezca, sino que tenga vida eterna”.

Por el contrario, “UCDM no tiene relación con esto. No es un libro que viene de Dios”. Lola se ha atrevido a contar su experiencia “para evitar que la gente ingenua lea y practique estas enseñanzas. Que Dios tenga misericordia de la humanidad por hacer este tipo de prácticas. Por dejarse seducir por lo que contiene ese libro”.
 

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