Rechazado por su familia musulmana encuentra consuelo rezando el rosario unido a la Santísima Virgen María

29 de diciembre de 2017

La Navidad de un católico convertido en Bangladesh quien descubrió el real significado de la paz tras conocer a Cristo.

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Peter Hasan vive en constante peligro. Peter Hasan tampoco es su verdadero nombre, porque el joven es un ex musulmán de Bangladesh convertido al cristianismo. En Bangladesh, al sur de Asia, visitado por el Papa Francisco en noviembre, la principal fuerza impulsora de la persecución de los cristianos es la "opresión islámica", junto con el "nacionalismo por motivos religiosos" y las "hostilidades motivadas por motivos étnicos", testimonia Peter.

Peter Hasan fue expulsado de su familia y ya no se le permite ni siquiera ver a sus hermanos. “Mis parientes me matarían si volviese a casa” revela a la agencia de noticias Asia News que ha registrado el testimonio de su experiencia navideña tras la conversión.

Antes del bautismo, afirma, odiaba a los cristianos y a los hindúes, pero hoy “Cristo es mi fuente de amor, perdón y misericordia” afirma y sin dar espacio a una nueva pregunta continúa su reflexión…

 “Pienso que el nacimiento de Jesucristo es importante porque él vino a la tierra como hombre para la salvación del género humano. Recibo a Jesús en mi corazón. Durante este período de Navidad recibo paz y bendición”.

Respecto del riesgo vital que implica allí ser un converso, Peter no parece estar preocupado e incluso afirma que a pesar de no contar con el apoyo de su familia “sí tengo el apoyo de tantos nuevos amigos”.
 
Un matrimonio mariano

Vive en Daca con su esposa, también católica, a quien conoció después del bautismo. Es un matrimonio mariano, pues ambos son “muy devotos de la Virgen María... y rezamos juntos el Rosario todas las noches", comparte.

Espontáneo, Peter narra a los de Asia News que para el período de la Navidad se vistieron con “ropa nueva, reordenaron la casa” y luego prepararon con su esposa el nacimiento de Jesús… “nutriendo el espíritu con las oraciones”, agrega. Además ya aprendió los kirton (cantos de Navidad) y los entona con otros fieles del barrio en el cual vive. Va a misa "todos los domingos".

Sobre su conversión recuerda lo distinta que era su vida hace algunos años… "hasta un día cuando encontré una copia de la Biblia en una biblioteca"... y comenzó a leerla.

Su ser dio un vuelco, dice, cuando se encontró el texto “donde Jesús afirma: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino a través de mí» (Jn 14:6). El estilo de vida las enseñanzas y el mensaje de Jesús me tocaron en lo más profundo del corazón. Luego de aquel momento fui de inmediato a la Iglesia”.

Fuertes en Cristo
 
Antes, testimonia, “jamás había supuesto que un cristiano fuera mi amigo. Gracias a él (un amigo cristiano) empecé a ir a la iglesia. Luego un día le conté a un sacerdote que quería convertirme al cristianismo”.
 
Tras recibir el bautismo la familia lo excluyó de la herencia del padre e incluso le amenazaron de muerte. No obstante todo lo padecido dice estar feliz y vuelve a reiterar su “gratitud a Jesucristo que cambió mi vida. Antes odiaba a los cristianos y a los hindúes. Pensaba que eran enemigos. Pero a través de Jesús entendí que me equivocaba. Cristo es fuente de amor, perdón y misericordia”, repite como si fuese su oración más íntima.


 

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