Fe para triunfar

Sneijder, jugador de la selección holandesa de fútbol, conquistado por su novia, para Dios

25 de octubre de 2013

Dotado de un exquisito control del balón, el jugador holandés ha deslumbrado en la selección de su país y se ha ganado el cariño de la afición en el Galatasaray de Turquía. Sin embargo, la razón de sus éxitos, dice, reside en su fe y la oración.

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Es 15 de octubre de 2013 y la selección de Holanda ya había sacado su boleto para estar en el Mundial de Brasil 2014, pero querían aspirar a más. Su misión es conseguir los seis puntos y postular a un lugar entre los cabezas de serie. Para conseguirlo, tenían que derrotar a Turquía en Estambul, quienes pelean para optar a la repesca. Los jugadores de ambos equipos están ansiosos, entre ellos el holandés Wesley Sneijder, apodado “el francotirador” quien luce la camiseta número 18.
 
Sneijder tiene sentimientos encontrados, pues, desde hace dos temporadas juega en el Galatasaray de Turquía, uno de los equipos más importantes del país. Es uno de los predilectos de la afición en Estambul y consciente del cariño, saluda y bromea con algunos de sus compañeros turcos que están en la cancha. Comienza el partido, y el jugador holandés mira hacia el cielo y se persigna, mientras corre al área rival. Nada nuevo en el astro de fútbol, quien aunque ha recibido burlas y amenazas por demostrar públicamente su fe es hoy un católico devoto.
 
Conquistado y transformado por el amor

Lo primero a considerar de aquél significativo gesto de fe es que… Wesley Sneijder, abrazó la fe católica recién a los 26 años (hoy tiene 29), de la mano de su novia, la actriz y presentadora holandesa Yolanthe Cabau van Kasbergen. “No me crié católico pero Yolanthe era católica y quería que nos involucráramos a fondo en la religión”, confesaría al periódico holandés De Volkskrant.
 
Jugador de gran capacidad física, a los siete años fue invitado a realizar unas pruebas en el Ajax de Ámsterdam junto a su hermano Jeffrey y rápidamente comenzó a despuntar en el club. Se ganó la reputación como mediocampista goleador, motivos por los que en 2007 fue transferido al Real Madrid y después de dos temporadas fue vendido al Inter de Milán. Es precisamente en este equipo donde inicia su cambio de vida radical. La amistad con su compañero de equipo, Javier Zanetti, capitán del Inter y católico practicante, fortaleció la semilla plantada por su novia y en mayo de 2010 inició su vida cristiana. “Teníamos un sacerdote y una capilla cerca del campo de entrenamiento, en Appiano Gentile. En este lugar fui bautizado y confirmado en la Iglesia Católica”,comparte.
 
La fecha en que comienza su camino cristiano, coincidía con el mundial de Sudáfrica, en 2010. La selección holandesa llegaría hasta la final, pero finalmente perdería con España. Durante toda esta travesía, la distancia con su novia no fue impedimento confidencia, “Yolanthe me dio un rosario que fue bendecido por un sacerdote en Milán y todos los días rezábamos juntos por teléfono, antes de cada partido en mi habitación. Eso me ayudaba, porque si no me sentía bien, le rogaba a Dios, que apartara todo lo malo".
 
Una fe vivida en familia

De regreso en Italia, luego de la Copa del Mundo, Wesley concreta lo que en algún momento había esperado junto a Yolanthe. Contrae matrimonio en la Iglesia de San Justo y San Clemente, en la localidad de Castelnuovo. La prensa recordaría la boda como un evento de “ensueño” y que se prolongó durante tres días. Se asentaron en un hogar que estaba a cien metros de la catedral de Milán, que “era preciosa”,dice, y añade que se daban el tiempo para “rezar todos los días. Mientras que los domingos íbamos a diversas iglesias del centro de la ciudad a vivir la misa. Los aficionados no me molestaban jamás”.
 
Luego de su paso por Milán, llegó a Turquía, donde defiende hasta hoy los colores del Galatasaray, con quien se coronó campeón de la superliga en 2013. Su espíritu ganador está intacto y a sus 29 años suena como posible refuerzo del Chelsea de José Mouriño para la próxima temporada. Ante el éxito y mirando su amor a Dios y devoción al rosario surgido en Italia, Sneijder reflexiona que “la fe y el catolicismo me han dado fuerzas para mantener mis creencias, estar firme y decidido. Aunque no rezo nunca en el campo de fútbol, lo hago antes de cada partido y busco el tiempo para hacerlo, con discreción, en el hotel o en los vestuarios”.
 
Su fervor y fidelidad en la oración lo ha vivido nuevamente antes de iniciar el fundamental partido del pasado 15 de octubre ante Turquía. Luego, en la cancha, “el francotirador” Sneijder crea una pared con Robin van Persie casi en el punto penal, superando a dos rivales. Con la pelota en su control, logra un remate cruzado que Demirel no puede atrapar. Es el segundo gol de Holanda, y la efervescente hinchada naranja celebra. Pero Wesley ni siquiera sonrió para celebrar. Sólo dos realidades ocuparon su mente en ese instante confesará más tarde a la prensa… “gratitud a Dios y el recuerdo de Yolanthe”.

 

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