Vivía para tener dinero y darse placer. Dios le mostró cielo e infierno y hoy es un "misionero" de la fe

18 de mayo de 2018

"Dios existe, es perfectamente justo y la injusticia no viene de él. La injusticia siempre es de nosotros los seres humanos, influenciados por los espíritus del mal que nos quieren destruir".

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El nombre y testimonio del colombiano Marino Restrepo es conocido en cientos de países, de todos los continentes, por miles de personas que han leído o le han escuchado narrar su proceso de conversión. Un camino de vivencias “desde la oscuridad a la luz”, como el mismo titula su primer libro donde relata los detalles de aquél proceso.

Nacido en los años  50 en una familia de cafetaleros el periplo existencial de Marino fue por décadas ajeno a Dios; su conciencia ética, adormecida, desconocía la nefasta realidad espiritual que lo atrapaba.

Cultos paganos, esoterismo, ocultismo, consumo de cocaína, parranda, alcohol, libertinaje sexual, fueron algunos eslabones que formaron una cadena de errores. Vivía para tener dinero, fama y probar las diversas posibilidades del placer.

Acostumbrado a sortear riesgos sería puesto a prueba, y en ese devenir Dios le mostraría su rostro de padre. A través de los hechos que Marino describe en varios libros (pulse para ver en Amazon), deja en evidencia que su conversión es por gracia divina, particular y extraordinaria.

Precisamente, recordando aquellas vivencias inició la siguiente entrevista de Portaluz a este particular testigo del evangelio, Marino Restrepo.
 

Marino, usted es conocido por haber testimoniado que estando secuestrado por las FARC, no siendo un hombre de fe,  habría tenido visiones particulares del cielo y el infierno. Desde esa experiencia usted ha sido transformado y vivido un proceso de integración a la fe católica. ¿Quién es hoy Marino Restrepo?
Bueno yo diría que yo soy primero que todo un misionero de la Iglesia Católica porque eso es lo que hago desde hace 18 años. Hace veinte años que tuve el encuentro místico con el Señor. Ese encuentro pues ha transformado mi vida, me regresó a la Iglesia de la cual estuve alejado por 33 años y hoy puedo decir que soy un católico común, que simplemente está haciendo lo que comúnmente debe hacer un católico, que es vivir una vida de oración, una vida sacramental y un buscar el cambio definitivo de corazón, una conversión real. En eso estoy.

Su mensaje y misión parece centrado en promover la oración, la vida sacramental y algunas devociones espirituales de la fe católica. ¿Es correcto?
Sí, entre otras cosas, sí.

Pero ¿cuál es la novedad, la urgencia, del mensaje que usted desea comunicar?
Bueno, en realidad el centro del mensaje que yo quiero comunicar es que esta vida continúa, que no termina en la tumba. Y que, teniendo en cuenta eso, que está revelado en el Evangelio mil veces, nosotros debemos tener conciencia de prepararnos todos los días para ese encuentro al final de esta vida con el Señor, con Jesús. Y ese es mi más grande interés, de hacerle concientizar a la gente la realidad eterna de su vida.

En el mundo de hoy asolado por la guerra, el hambre, el abuso a niños, tantas violencias y dolor. ¿Qué aporta hablarles a los millones que sufren de un consuelo espiritual si lo que esperan es justicia en esta vida?
La respuesta espiritual siempre es elevar la gente por encima de la miseria humana y darles a entender que Dios existe, que es perfectamente justo y que la injusticia no viene de él. La injusticia siempre es de nosotros los seres humanos, que somos influenciados por los espíritus del mal que nos quieren destruir. Entonces, no todo el mundo tiene una misión de ir a alimentar al pobre y curar al enfermo. Otros tenemos la misión de alimentarles el alma. Entonces no podemos confundir... A cada uno le corresponde su misión.
 

Desde su portal web usted promueve una espiritualidad centrada en la celebración y Adoración diaria de la Santísima Eucaristía. Basado en los Evangelios y la doctrina de la Iglesia, ¿no es acaso tan importante o más urgente la caridad al prójimo, movida por el amor a Cristo, que una hora de adoración eucarística?
Yo pienso que la Iglesia ha padecido de fenómenos como la teología de liberación por ejemplo, en la cual se predica que es mejor estar todos los días con los pobres que estar en la Iglesia. Yo creo que en todo esto tiene que haber coherencia. Porque es como decir que un matrimonio debería gastar más tiempo ayudando a los pobres que en la vida de la familia ¿no? en la vida familiar. Y creo que todo tiene que tener una integridad en el apostolado que uno pertenece. El matrimonio debe cuidar de su familia, la iglesia debe cuidar de su doctrina; y un católico no se podría llamar católico si al mismo tiempo no pertenece a la doctrina, a las tradiciones sagradas. De por sí eso es lo que da la calidad en su corazón para ir a ayudar al prójimo. Todo tiene que tener coherencia y orden.

Para quienes por su fragilidad en la fe son como el apóstol Tomas… ¿Podría testimoniar alguna experiencia que dé cuenta del impacto transformador en la comunidad de la Adoración Eucarística? ¿En las zonas donde se realiza Adoración Eucarística perpetua disminuyen por ejemplo los índices de violencia?
Claro que sí. Hace muchos años, dieciséis años más o menos, estuve en Brooklyn en un vecindario terrible. Lo primero que compartimos ese día, fue que yo les recomendé que hicieran el Vía Crucis dándole vuelta a esos bloques (grupos de edificios) donde estaba la violencia, las pandillas, las drogas y todo eso. Se hizo y se disminuyó mucho (todos los índices de violencia, tráfico y consumo de drogas), hasta el punto de que vinieron unos hombres y compraron varios edificios, desalojaron la gente y se acabó como la mitad del problema. Pero seguía y la otra mitad que quedó estaba más enfurecida, había aún más violencia y con menos gente. Entonces yo dije: bueno, aquí lo que está sucediendo es que se necesita una fuerza más grande, fuera del Vía Crucis. Porque ellos continuaron haciendo ese Vía Crucis. Y la fuerza más grande fue que convencimos a la parroquia, al sacerdote, de que hiciera el primer viernes del mes Adoración Eucarística las veinticuatro horas del día. Porque ahí es una zona muy peligrosa y nadie podía hacer (en el lugar) una capilla de adoración perpetua. Pero aceptó esa parroquia hacer la Adoración los primeros viernes, que es lo que yo hago en mi comunidad. Se hizo un grupo de mi comunidad, de Peregrinos del Amor, y se hizo el primer viernes. A los cuatro meses de hacer el primer viernes, en el quinto mes, los mismos que habían comprado los primeros edificios vinieron y compraron los otros quedando completamente limpio el vecindario. Esa es una prueba.

¿Hubo conversiones entre las personas que promovían la violencia?
De esos grupos de pandillas y todo, había hijos de personas que estaban en la Iglesia. De esos, que yo sepa, hubo dos, dos niñas adolescentes que se fueron de las pandillas.

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