François-Xavier era adicto y agnóstico, hasta que conoció el poder de Dios: "Descansé en el Sagrado Corazón de Jesús"

05 de abril de 2024

Este es el relato de cómo un hombre, que fue adicto al alcohol y a las drogas, que escapó de la casa de sus padres, sin buscarlo experimentó el poder del amor de Dios.

Compartir en:

François-Xavier confidencia que mantiene recuerdos bastante agradables de sus años de infancia, disfrutando los partidos de fútbol en algún prado cercano al hogar y algunas hermosas conversaciones con Dios. "Pero con el paso del tiempo, me di cuenta de que mis amigos en Bélgica eran felices sin Dios. Además, ¡no veía por qué debería necesitarlo para ser feliz!"

 

Fue así como durante la adolescencia, se distanció de Dios y de la fe que había recibido en el hogar familiar. Luego vino lo que a muchos seduce… conquistar chicas y fanfarronear de ello bebiendo a destajo con los amigos. Con el mismo relajo de costumbres continuó los años siguientes cuando inició estudios superiores en Bruselas durante un año y luego un par de años más en Louvain-la-Neuve.

 

Resistir la tentación del suicidio

 

 

Cuenta que incluso hizo lo que entre los estudiantes se considera un rito de iniciación, que no es sino hacer estupideces junto con ingerir mucho alcohol y drogas. El problema fue que no paró su consumo e incluso los últimos seis meses de estudio reconoce haber estado "drogado la mayor parte del tiempo sin ir a clase. Fue un verdadero descenso a los infiernos. Así que solo vi una salida: ¡acabar con mi vida! Cada día era una lucha para no suicidarme. Por suerte, no lo hice".

 

Muchas veces, cuando estaba drogado, François-Xavier recordaba y añoraba volver a sentir en su ser la pureza y candor de que cuando era pequeño. Pero luego el 24 de junio de 2015 tomé una decisión que lo empeoró todo.  "Me escapé de la casa de mis padres. Les robé dinero y un coche y les dejé una carta diciéndoles que los amaba pero que no era digno de su amor. Les dije que me iba por 10 o 15 años y que quería rehacer mi vida en otro país. Dejaba mi teléfono y mi computadora en su casa y cerraba todas mis cuentas".

 

En el Sagrado Corazón de Jesús

 

 

La decisión solo le llevó al agujero negro. Hasta que un día, que no recuerda el cómo ocurrió, estuvo conduciendo sin destino y llegó ¡a Paray-le-Monial! … aunque él desonocía que se encontraba a pocas cuadras del Santuario donde se manifestó el Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María de Alacoque… "Salí de mi coche. Vi una capilla, que era Notre-Dame de Romay. Bebí del manantial y fui a refrescarme a la capilla. Una vez allí, supe que ya no podría suicidarme. Me quedé bastante tiempo. Luego pasé unas dos semanas en un aparcamiento cercano, durmiendo en mi coche, leyendo, respirando y redescubriendo una libertad interior que desconocía...". François-Xavier asegura que, como un regalo de aquella visita inesperada, "¡me liberé de mis adicciones!"

 

El 11 de julio de ese mismo año 2015, fue al supermercado y vio a una mujer que cargaba con dificultad sus bolsas llenas de comestibles. Le causó gracia hasta la risa su andar laborioso, pero en un instante su conciencia le frenó. Se acercó para ayudarla y la llevó en su coche. "Era una mujer consagrada... ¡Me dijo que trabajaba en Bélgica y que era miembro de la Comunidad Emmanuel! En el momento en que le dije mi nombre, ella entendió quién era, porque mis padres habían informado a la red Emmanuel de mi fuga y de mi situación".

 

La mujer lo invitó a cenar esa noche y aceptó, quedando el joven conmovido por su sencillez, su alegría, su escucha. A medida que avanzaba la conversación, François-Xavier abrió su corazón. "Entonces ella me sugirió: «Ve y pon todo esto a los pies de Jesús». Me explica dónde encontrar la Capilla de la Visitación, la adoración, etcétera".

 

¡Volteado como un panqueque!

 

François-Xavier y su esposa Cécile

 

En su interior el hombre viejo se resistía a morir y dudaba de ir al Santuario del Sagrado Corazón de Jesús, pero finalmente lo hizo y así narra François-Xavier lo que vivió:

 

"¡El Señor me dio la vuelta como a un panqueque y vino a llenarme de amor! Se produjo un diálogo interior y experimenté la inmensa alegría de saber que me amaba por lo que era y no por lo que había hecho. También tuve la experiencia de descansar en el Sagrado Corazón de Jesús durante varias horas. Cuando salí de la capilla, ¡estaba exultante de alegría!

 

Al día siguiente, fui a encontrarme con la hermana para contarle lo que me había sucedido. Muy contenta, me invitó a misa. Entonces experimenté una intensa lucha interior, era muy difícil de resistir. Y en ese momento ella me aconsejó que fuera a confesarme, lo cual hice. La confesión duró mucho tiempo. Pero cuando salí, ¡estaba completamente liberado!

 

Terminé quedándome en Paray por más de un año. Como escuché una vez en una enseñanza, todos estamos cansados: por la vida, por nuestros pecados, por nuestras pruebas, por nosotros mismos... Así que haz lo que yo hago. Vayan y depositen en el Sagrado Corazón de Jesús todo lo que pesa en sus vidas. Y él te llenará de su amor".

 

Fuente: Communauté d l’Emmanuel

Compartir en:

Portaluz te recomienda